El mundo de Seven Seas está dividido por grandes potencias y organizaciones piratas que luchan o conviven por el control de los mares y el futuro del mundo.
La potencia más grande e importante. Autoproclamados buscadores del orden y la civilización, los White Whales buscan controlar las rutas marítimas y el comercio global. Su flota, impecablemente blanca con detalles verdes esmeralda, simboliza pureza y progreso.
Sin embargo, najo su proyecto de alcanzar la Era de la Paz se oculta una maquinaria tiránica que busca someter cada isla bajo su autoridad.
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Nacidos de la resistencia y el exilio, los Whale Killers son rebeldes y pueblos libres que desafían el dominio de los White Whales. Viven entre las sombras del mar, guiados por un ideal de libertad que a menudo roza la anarquía.
Aunque su causa es justa, sus métodos despiadados y su naturaleza impredecible los convierten tanto en héroes como en amenazas.
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Los piratas son marineros no afiliados a ninguna nación, flota ni organización formal. Navegan libres, respondiendo solo a sus propios códigos. La mayoría actúa por beneficio personal, dispuestos a apoyar al mejor postor si el precio es el adecuado. Pero no todos son iguales.
Algunos piratas son exploradores solitarios, movidos por la sed de conocimiento, la pasión por la historia, el anhelo de alcanzar el mítico Séptimo Mar o incluso ir más allá.
Otros han construido verdaderos imperios criminales. Controlan rutas clandestinas, dominan sectores del mercado negro y dirigen redes de contrabando, tráfico y sabotaje. Para ellos, “crimen” significa simplemente no someterse a las leyes impuestas por los White Whales, ni a las de ninguna autoridad local.
En un mar donde la ley es una herramienta del poder, los piratas representan tanto el caos como la libertad absoluta.